Economia de subsistencia en Oued Lou (África) |
Optimismo, porque en el peor de
los escenarios uno puede acabar como agricultor de antaño, haciendo de ocupa en un trozo de
tierra abandonado y sembrando para comer y mimando cuatro gallinas para que nos
echen los huevos que nos proporcionen la proteína para nuestras familias. ¿Y
qué?, resulta que los movimientos más modernos como el slow food y las tendencias de consumo km 0 y otra variedad de religiones de la alimentación, ya promulgan
comer productos básicos y huir de los elaborados e industriales, y abastecernos con las peras de nuestros
huertos cercanos (perdón, por esta simplificación, seguro que muy burda para
los profetas de estas religiones) y además ¡¡¡¡ahora recomiendan el pan negro!!!,
del cual mi padre hablaba siempre cuando hablaba de los tiempos de miseria de
la post-guerra.
Optimismo, porque muchos se han visto abocados a no trabajar,
por los habituales recortes en la empresa, y a manejar en sus vidas un montón de tiempo libre,
cuando hace unos años, en los ochenta y noventa, había que ser un hippie
valiente y osado para comulgar con el movimiento downshifting por el cual ejecutivos apóstoles de sus empresas se
daban cuenta que entre tanto trabajar y tanto venerar al dios dinero, se les
estaba pasando la vida sin darse cuenta y decidían trabajar con menor responsabilidad y trabajar menos. Es decir, que la peor circunstancia en
que nos deja esta crisis, nos arrojaría a
volver a mirar a la naturaleza como nuestra fuente de vida, a no consumir tanto
plástico y a vivir en un mundo de escala más humana, donde pedir ayuda y ayudar
sería el único camino de salvarse. Ni que decir tiene que no es lo mismo elegir
un camino por voluntad propia (como los downshifters) a qué te lo brindé una
mañana fría, de repente, un jefe entrenado para decirte lo más suave posible
que los números no salen y que vas directo a subir las estadísticas del paro.
Pero puede que la peor de las opciones haya que convertirla en una oportunidad para un
mundo mejor, más lento, con más racionalidad de consumo, con más amor a la
madre naturaleza. O al menos, pensar que; a lo peor, si tenemos vida, desarrollaremos nuestro instinto de supervivencia y en alguna hipótesis feliz podemos reinventar un mundo mejor. Este pensamiento puede servir para que el miedo desaparezca, y si no
tenemos miedo de lo que viene, podemos volver a ser
optimistas y eso será el recurso más potente para poner en marcha el mundo ahora paralizado. Si
perdemos el miedo hablaremos y si hablamos igual conseguimos denunciar lo que
está pasando con la voz alta y clara y empezamos a dibujar el mapa del mundo de otra manera.
Hay una línea que han trazado los
supuestos poderosos por encima de los Pirineos y por encima de los Alpes y por
encima de los Balcanes, para que todos los países que estamos debajo, esos países
que tenemos la osadía de cenar después de la ocho de la tarde, estemos un poco
por debajo de la velocidad de los que empiezan a cenar a partir de las
cinco. Como decía mi amiga, estos de más
arriba de los pirineos, nos están poniendo el pie y apretando hacia abajo a ver
si caemos en áfrica…que no es mal lugar donde caer, sino fuera porque estando abajo, entras en la categoría
del hemisferio sur, y eso ya da el derecho a explotarte y saquearte y hacerte
bailar al ritmo de los fuertes. Puede que regimientos de europeos de las
Pirineos, Alpes y Balcanes arriba, quieran explotar nuestro sol y nuestro saber
vivir… jubilados que estando bien tranquilos por
el sustento de sus herederos y las economías de sus países montan sus
vacaciones en España dando una envidia supina a los sufridos españoles que
vemos como se lo montan muy requetebién mientras nosotros trabajaremos hasta
los 67 años y todos calvos.
Mientras tanto uno piensa en irse
ya, por voluntad propia a áfrica, al menos irte te garantiza algunas cosas; que
se pueden aprender los valores de la lucha por la supervivencia de forma más
efectiva, pues sus gentes llevan toda la vida entrenando, que si tienes un hijo adolescente puede que
no sea haya construido con los valores de grandes hermanos; que se pueden
resumir en ganarse el chusco, sin nada más que hacer que poner su incultura a
la vista de todos… y sus acciones en la palestra mediática. Además, tendrás que
pagarte tu atención médica, exactamente igual que todo el mundo - esto no es positivo - pero peor es vivir en
un país donde, el hecho de que una persona esté enferma no es suficiente razón
para que le receten unos antibióticos sino que debe tener, además, no sé qué legalidad para que le atienda un
médico. Dicho sea de paso que yo si fuera médico atendía a todo el mundo y hasta trapichearía
camas de hospital si fuera necesario, pues no concibo un ser humano que no
pueda ser atendido en el dolor de una enfermedad.
Pero soy optimista porque así
debe ser, del optimismo saldremos fuertes para luchar denunciar y ayudar a las
familias que lo necesiten y crear un mundo mejor. Es cierto, que ahora salen casi
todos los días, premios nobeles escribiendo en los periódicos cuál es el camino
para salir de esta crisis de todo, y una los lee con pasión, a pesar, que se detecta, que no hay acuerdo y que no
hay quien quién sepa por donde tirar, con el añadido que si el escritor premio nobel, es de economía, no se entiende nada de su discurso,
al menos yo, no entiendo nada. Pero con optimismo y solidaridad; saldremos
adelante!, porque si algo sí que he entendido de los discrusos encriptados de economía
que escucho cada mañana en las noticias es que parece ser que hay mucha “psique”
en esto de la economía, esta no-realidad llamada los “mercados” parece que se deprime
y se alegra por pensamientos positivos y negativos como los propios seres
humanos…