miércoles, 27 de mayo de 2015

La pregunta ¿cómo estas? y el deseo de silencio

¿Cuánto tiempo hace que no te preguntan cómo estas?. Seguramente esta misma mañana. Si tu respuesta ha sido a. Fatal, vamos a suponer que han seguido preguntándote, interesados por ti, de momento, no vamos a dudar de eso.  

En el caso que hayas contestado b. Bien c. Tirando d. No nos podemos quejar....te planteo la siguiente pregunta. ¿Cuánto tiempo hace que alguien no te ha vuelto a preguntar mirándote a los ojos, no, no ....te pregunto ¿Cómo estas?, ¿como estás de verdad?.  Como la cita que había en el cuadro que me regaló mi amiga hace muchos años. Un amigo es esa persona que cuando te pregunta ¿Cómo estas? quiere oir tu respuesta. ¿Cuánto tiempo hace que alguien quiere oir tu respuesta a esa sencilla pregunta?

En edad de merecer, los ligones y ligonas avispados y avispadas saben las ventajas de mostrar interés y escucha por la persona que tienen enfrente, saben que eso les hace tomar una mejor posición de salida para que salten las chispas del amor. Quizá los adolescentes en edad de identificarse y ser identificados se explican entre ellos más y mejor, para dar a conocer su manera de ser y estar en el mundo. Quizá los embacaudores o los comerciales o los vendedores de tesoros o de seguros o las azafatas de british airways de primera clase emplean todo su arte de amabilidad y escucha para hacer bien su trabajo. Estos trabajadores entregados escuchan atentamente tu respuesta a la pregunta cómo estás...eso les ayuda a ir pensando en una póliza que te vaya a medida. Pero esos, esos que viven la vida a tu lado...que disfrutan de su rutina paralela a tu propia rutina...esos ...esos ya no preguntan.

No sé si tiene que ver con la edad, o con la vida o con el ruido de la ciudad pero un dia deseas perderte en el silencio. Deseas perderte en una hacienda silvestre, y pasar tiempo escuchando el ruido de la cigarra, un chorro de agua que fluye y el sonido del amarre de la hamaca cuando te mece en la más estupenda placidez. Y en un sentido antiguo de la lectura; con el libro en la mano (no quisiera añadir un dispositivo electrónico a esta  imagen). Es quizá ¿el deseo de silencio perverso? ... es el deseo de no oir la pregunta cómo estas,...si no es de alguien que quiere escuchar tu respuesta. O, ¿solo deseas el silencio en si?

Cuando los conflictos emocionales de la joventud te invaden la vida, a unas personas más que a otras ,claro - no todos me entenderan -. Entonces, en ese momento,  no piensas en el silencio. La vida te hace ruido dentro de la cabeza. Pero luego si, con suerte, alcanzas la paz y no eres un demandante eterno de ayuda y consigues controlar tu pasiones hasta llevar tu vida a la serenidad, puede que despiertes el monstruo de la nostalgia, porque tu pasiones atraían la escucha de los otros, tu paz,no. 

Y empiezas a pensar....cuántas personas hay en este mundo dando todo lo que pueden, y quizá un poquito más. Esforzándose por ser buenos profesionales, buenos trabajadores, buenos maridos y esposas, buenos vecinos, buenos padres, o buenos hijos. La mayoria de ellos esforzándose más aún sin por ello,  ganar más. Cuántas personas leen para estar al día, se cuidan para estar mejor para los otros, cuántas personas estan haciendo esto con mucho esfuerzo para aguantar dignamente, para seguir, para no decaer. Cuantas personas obtienen cada día energia positiva para continuar. Dejando al lado a las personas que tiene problemas reales, todos mis respetos. Yo hablo de la normalidad, de cualquier dia, de cualquier año. Cuántas de estas personas que sienten que lo hacen bien y se estan esforzando... cuántas de estas personas han recibido un - gracias.  Pienso en mis amigas, nunca he preguntado...¿cuánto tiempo hace que alguien te da las gracias? Gracias sinceras, gracias concretas...gracias de verdad. ¿Cuánto tiempo hace? Mañana les preguntaré, y por supuesto les daré las gracias.

El deseo de silencio; del silencio que se encuentra bajo el faro, en el límite del acántilado es en realidad un deseo de no oir nada sino es sincero.  Y el deseo de dar las gracias a todos desde los que me ofrecen un café si yo no tengo, los que me devuelven una sonrisa, los que aguantan mis e-mail, los  que aguantan mis reuniones, los que viven a mi lado, los que leen mis mensajes, los que me llevan en su coche, los que corrigen mis trabajos,  la que me abre la puerta por la mañana con su targeta electrónica porque descuidé la mía.  A todas las personas de mi vida y mi familia  y a los que me leen, gracias. Gracias por cosas concretas que os iré diciendo uno a uno. No olvidéis nunca que al lado vuestro hay una persona a la que nunca le sobrará un poco de vuestro reconocimiento. Sed felices y que se vea cómo queréis a los vuestros.







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